¿La recuperación de la economía, es una paradoja?
Gustavo Vargas (15/07/2021)
Va el presente comentario para invitarles a leer el documento que publicó la
CEPAL la semana pasada: Informe Especial, Covid-19 titulado “La paradoja de
la recuperación en América Latina y el Caribe Crecimiento con persistentes
problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja
productividad”. Abordan cuatro temas sumamente interesantes tanto para la
comprensión de AL como para la de México en particular: El rebote económico no
asegura un crecimiento económico; Los impactos sociales se agudizan y se
prolongan en la reactivación; Persiste el deterioro ecológico y retroceden las
políticas ambientales; y Propuestas de estrategias y políticas.
Destaca el contexto histórico en el que se desarrolla la pandemia de la
Cobid-19, pues luego del notable éxito del modelo de Industrialización por
sustitución de importaciones, con altas tasas de crecimiento (de los 40s a
mediados de los setentas), le siguió la aplicación de las políticas de
austeridad de corte neoclásico respaldadas por el FMI y el BM que se tradujeron
en una tendencia de largo plazo hacia una ralentización de la economía de toda
la región, las cuales persisten hasta la actualidad, como se puede apreciar en
la gráfica siguiente.
Una de las observaciones, que me parece central, es que “Nada permite
anticipar que la dinámica de bajo crecimiento previa a la crisis vaya a
cambiar. Los problemas estructurales que limitaban el crecimiento de la región
antes de la pandemia se agudizaron y repercutirán negativamente en la
recuperación de la actividad económica y de los mercados laborales más allá del
repunte del crecimiento de 2021 y 2022. En Términos de ingresos per cápita, la
región continúa en una trayectoria que conduce a una década perdida.”. Los problemas estructurales continuarán y los
desequilibrios sectoriales se agudizarán, además como resultado de la
introducción de las nuevas tecnologías digitales.
Uno de los grandes problemas que están presentes en la economía mundial, y en AL es sin duda la inflación en los productos básicos. Es particularmente sobresaliente la inflación de los insumos relacionados con lo acelerado de la recuperación como es el caso de la energía y de los minerales y metales demandados por la industria manufacturera, como se puede ver en la gráfica siguiente. Esto configura en buena medida la naturaleza de la inflación que padece, en ese contexto la economía mexicana. En gran medida la inflación de alimentos procesados, que en su elaboración requiere de energía, (eléctrica y de gas) como el caso de las tortillas en México, está asociado con el crecimiento de los precios de los energéticos.
El documento mencionado es además de interesante muy importante para
comprender la dinámica del mercado mexicano. Sin embargo, conviene hacer una
reflexión en cuanto al titulo del mismo artículo.
Este proceso de rebote o recuperación, en realidad no es una paradoja. En
economía una recuperación, (periodos mensuales trimestrales o incluso anuales
con tasas positivas en el PIB) no implica un proceso de crecimiento de largo
plazo ni mucho menos. Si lo pensamos en términos de ciclos económicos, es solo
la fase de expansión, la cual será seguida por una contracción y eventualmente
años posteriores por una crisis económica. En este sentido una fase de
recuperación económica no implica que ese crecimiento de lugar al rompimiento o
superación de las restricciones estructurales de un fenómeno complejo de la
economía.
El concepto paradoja implica un hecho o dicho aparentemente contrario a la
lógica, es decir, que implica una contradicción. Si consideramos que la economía se mueve en
procesos sucesivos de expansión y contracción, los cuales tienen lugar aún
dentro de un mismo modelo económico, entonces una recuperación solo es la fase
de crecimiento de un ciclo económico y no un cambio de un modelo económico ni
de política económica. Esta recuperación no es el inicio, ni mucho menos, de un
proceso que vaya a lograr superar los problemas estructurales, de desequilibrio
y de desigualdad que caracterizan a la economía mexicana.
Más allá de estas sutilezas del lenguaje, y la posibilidad de una ambigüedad,
que pueda surgir de la esperanza de un crecimiento como el observado, sea el
principio de la posibilidad de un cambio estructural. El artículo mencionado es
excelente y muestra que en esta fase, si la pandemia de COVID lo permite, amen
del rebote económico, no hay indicios de una política que se oriente a superar
las restricciones estructurales de la economía Latinoamericana.
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