La cervecera artesanal que está alimentando algas con CO2 para reducir
la contaminación
BLOOMBERG / JAMES THORNHILL
27/Junio/2020
El proyecto Young
Henrys está alimentando algas con CO2 generado por la levadura de la cerveza,
algo que se podría reproducir en un futuro en las grandes productoras.
Una fábrica de cerveza artesanal de Sídney ha
encontrado una solución en los ríos de Australia que podría neutralizar
algunas de las emisiones de dióxido de carbono de la industria.
La fabricación
de cerveza es un proceso intensivo en carbono. El CO2
generado por la levadura durante la
fermentación para producir solo un paquete de seis cervezas tardaría dos días
en absorberse. El proyecto Young Henrys, en colaboración con una universidad
local, está probando un proceso para alimentar con el gas de
efecto invernadero unos tanques de algas de río nativas de Australia que
convierten el CO2 en oxígeno.
“Hay un escenario yin y
yang realmente increíble”, dijo Oscar McMahon, cofundador de Young Henrys, en
una entrevista telefónica. “Un tanque de algas es capaz de crear la
cantidad equivalente de oxígeno de una hectárea de arbusto australiano.
Esa hectárea necesita mucho tiempo para crecer, mientras que podemos cultivar
un tanque de algas en unas semanas”.
Las cerveceras de todo el
mundo han comenzado a tomarse su impacto ambiental más en serio. Carlsberg
construyó su primera cervecería neutral en carbono en Falkenberg, Suecia, y más
de una cuarta parte de la energía de la planta proviene del biogás generado por
las aguas residuales. Anheuser-Busch InBev NV, fabricante de Budweiser, está
comprando más energía de parques eólicos y solares como parte de un plan para
funcionar completamente con energía limpia para 2025.
El proyecto Young Henrys
está en sus primeras etapas, pero McMahon confía en que podría ampliarse para
cervecerías más grandes. La tecnología también podría adaptarse para
gestionar las emisiones en otras industrias, como la minería o
la fabricación de productos químicos.
Si bien las algas se
mantienen separadas de la cerveza durante la fermentación, McMahon y su equipo
están experimentando
con su uso para agregar color y sabor a la bebida, y planean
introducir lotes de edición especial en los próximos meses.
La cervecería
almacena las algas en tanques de 400 litros llamados biorreactores.
En vista de que las algas se reproducen rápidamente, McMahon está explorando
una variedad de opciones sobre cómo usar el exceso, incluido el uso como
complemento alimenticio, fertilizante o como insumo en la fabricación de
plásticos.
Otras compañías y grupos de investigación han trabajado en el
uso de algas para combatir el cambio climático, desde los esfuerzos de
Exxon Mobil para crear biocombustibles a base de algas, hasta emprendimientos
de biotecnología como Helios-NRG en la Universidad de Búfalo. La mayoría se
basa en hacer que la tecnología sea comercialmente viable mediante la
producción de un producto comercializable, como Iwi Life, o ayudando a
almacenar el carbono como aditivo del suelo.
McMahon no espera obtener
grandes ganancias con su inversión en algas, pero tiene en la mira un premio
mayor.
“Si se puede recordar a
Young Henrys por cambiar algo en nuestra industria y permitir que otras
cerveceras reduzcan sus emisiones carbono y las nuestras, eso sería realmente
especial”, agregó.
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