06/07/2021
Sumamente interesante son estos tiempos: un
tema ha sido el contraste entre la percepción de los grupos sociales y los
hacedores de la economía.
En tanto que en mayo y junio la sociedad hervía
ante las elecciones del 6 de junio, y una gran parte de la misma recibía y
reenviaba correos, videos y memes en contra de la actual administración
afirmando que estábamos en el peor de los mundos e incrementando la desconfianza
social. En el campo de la economía real,
bueno en particular en los negocios y los que están al mando de los mismos,
gerentes, administradores y CEOs, manifestaban su creciente confianza en los
negocios y la marcha de la economía, como se puede apreciar en la siguiente
gráfica, el indicado de confianza entre abril, mayo y sobre todo junio la
confianza empresarial aumentaba firmemente apuntando y afianzando un ciclo de
expansión.
Y esto no solo se refería a la percepción de
los gestores de las empresas. Ocurría lo mismo con los dueños de los dineros de
México que están en la BMV. Como se puede apreciar en la siguiente gráfica,
desde el mes de abril de 2020 en que tuvo lugar el fondo de la crisis, los que
arriesgan su dinero apostaban por la economía mexicana, sobre todo a partir de
noviembre de 2020, confiaban en su rendimiento en el mercado nacional.
Trayectoria que se ha conservado hasta la fecha.
Sin duda, estábamos ante dos percepciones
radicalmente diferentes sobre una misma realidad: la población que se
alimentaba de las redes sociales, y la de los responsables de los negocios y
dueños del dinero. Y por supuesto en
medio los analistas de los periódicos que en su mayoría asumían una posición
claramente critica.
De la información de Julio de 2021 sobre los
indicadores agregados de tendencia a expectativas empresariales a Junio de 2021,
que genera el INEGI, tenemos nuevamente una percepción positiva de los empresarios
sobre el futuro de sus mismas empresas, como se puede ver en los siguientes
gráficos:
Todos los 17 indicadores reportan meses
consecutivos por arriba del umbral de 50 puntos, de las diferencias con el mes
anterior, solo tres indicadores reportan datos ligeramente inferiores. Y uno de
ellos es inventarios. Así que este es positivo. En síntesis, las expectativas empresariales en
los sectores: manufacturero, comercio y construcción eran, y son de
crecimiento. Esto se refleja en el indicador agregado de tendencia en series
desestacionalizada o Tendencia-ciclo.
Es conveniente recordar que el
valor de 50 constituye el umbral para delimitar una expansión de una contracción
en la actividad económica. Por tanto, como se puede apreciar en la gráfica
anterior, a partir del último trimestre de 2020 el ciclo ya apuntaba a una
recuperación.
En retrospectiva, este indicador
es sumamente útil, nos muestra que la tendencia a la contración inició desde
2017 se acentuó en 2019 y era previsible una crisis económica en 2020. La
profundidad de ésta no se pudo anticipar porque se sincronizó con el efecto de
la pandemia Covid-19. De igual forma el ciclo preveía una recuperación para
finales de 2020 y sobre todo 2021, sin embargo, la fuerza de esta, no se
lograba calcular pues no se conocía la fuerza del rebote al reabrir la
economía.
Ahora que han pasado las
elecciones y su vorágine, esperemos ver en las redes evaluaciones menos
sesgadas y tendenciosas que permitan borrar las fronteras entre las dos
visiones de la realidad económica nacional. Finalmente, esta evolución apoya
una alta probabilidad de que la economía mexicana termine el 2021 con una tasa
de crecimiento entre 6 y 7%. A reserva de lo que diga la misma pandemia y sus
variantes¡¡¡
Saludos
Gustavo VS
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