Cinco propuestas para promover la
Ciencia, la Tecnología y la Innovación
Reformar y mejorar la gobernanza pública del sistema de Ciencia y
Tecnología
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El gobierno debe coordinar el establecimiento del marco propicio
institucional y del horizonte de largo plazo relativo a las prioridades
económicas y sociales, garantizando que los recursos sean suficientes para que
los diversos actores públicos y privados converjan en el logro de los objetivos
y metas por alcanzar.
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Elementos claves son un liderazgo político visionario y comprometido, un
plan y políticas congruentes y una mejor coordinación entre las Secretarías de
Estado y agencias gubernamentales, organizaciones empresariales, instituciones
educativas y empresas y personajes de la sociedad civil líderes en estos capos
-particularmente cuando de desarrollo tecnológico e innovación se trata-.
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En todos los países de sólido desarrollo científico y tecnológico –en
particular los emergentes asiáticos- los gobiernos juegan un papel clave,
invirtiendo recursos crecientes y estables en los tres niveles de gobierno, y
promoviendo la participación activa de las instituciones de educación,
capacitación e investigación y desarrollo, públicas y privadas. Un 2% del PIB
es una meta mínima deseable: pública-privada.
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En México existe la necesidad de un nuevo marco jurídico acorde con los
nuevos tiempos y un sistema de financiamiento público-privado encabezado por el
CONACYT; una banca de desarrollo con visión e instrumentos de largo plazo y una
banca comercial proclive a canalizar los recursos necesarios para el desarrollo
y buen éxito de las acciones y los actores involucrados.
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Hay necesidad urgente también de un sistema moderno, sencillo, oportuno
y transparente de seguimiento, evaluación y control de los proyectos y la
eficacia en el uso de los recursos presupuestales. Ello sería clave para la
formulación y revisión de políticas pero también para demostrar al público los
beneficios tangibles económicos del uso de recursos escasos y movilizar
recursos privados.
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Para ello es clave fortalecer las bases de información y los indicadores
y estadísticas de ciencia, desarrollo tecnológico e innovación.
2-Urge fortalecer las bases de recursos humanos
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Los recursos humanos son cruciales para la CTI. La calidad de la
educación a todos los niveles y de los sistemas de educación y entrenamiento de
científicos, ingenieros, tecnólogos y toda clase de personal profesional,
técnico y administrativo es clave.
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Lamentablemente los resultados obtenidos por mexicanos en pruebas PISA
de la OECD dejan mucho que desear vs. jóvenes chinos, coreanos y vietnamitas.
Urge revisar y fortalecer la calidad de la educación primaria, secundaria y
preparatoria en los diversos ámbitos.
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Habría que realizar una permanente evaluación y calificación de los
recursos humanos especializados en CTI, más allá de los esquemas anquilosados
de evaluación del SNI y las empresas. Los conocimientos y habilidades
adquiridos a través de los sistemas formales de educación y capacitación deben
ser actualizados, creando esquemas e incentivos apropiados.
Para fines de innovación, se requiere ampliar opciones de
especialización en educación secundaria y preparatoria, y capacitación
vocacional en empresas, asociaciones gremiales, bancos comerciales y de
desarrollo e instituciones públicas y privadas.
3-Reforzar la contribución de las instituciones
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El sistema de investigación pública dentro y fuera de las universidades,
politécnicos y otras instituciones de investigación pública ha experimentado
cambios cuantitativos y cualitativos importantes desde la creación del CONACYT.
Pero persisten muy diversos problemas y desafíos, derivados de las limitaciones
de recursos humanos, financieros y materiales, de su propia naturaleza y falta
de visión, liderazgo y coordinación con el Gobierno y el sector empresarial,
algunos congénitos desde su nacimiento y ubicación lejos de su clientela
natural.
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Según algunos estudios de la OCDE hay traslapes innecesarios; escalas
sub-óptimas de operación, insuficiente vinculación con otras instituciones y en
su caso con el sector productivo y los Gobiernos Federal y estatales, etc. Para
atender estos problemas se requiere cirugía institucional y casi siempre
recursos financieros y tiempo para orientarlos y/o reubicarlos. Hay incluso
áreas prioritarias económicas y sociales donde prevalecen lagunas o donde las
instituciones han dejado de cumplir las funciones para las que fueron
concebidas (ej. el IMP).
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Para hacer frente a estos problemas con éxito se requiere una visión
estratégica clara y precisa en relación a la división del trabajo entre
universidades e institutos independientes sectoriales y/o regionales de
investigación y la búsqueda de un equilibrio razonable y complementariedades
entre ambos tipos de instituciones. El papel del sector privado y de las
organizaciones empresariales debe ser estimulado.
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Una profunda reestructuración de la gobernanza, cobertura y visión
estratégica de los institutos de investigación pública del Gobierno y de las
universidades debería convertirse en una precondición para su fondeo y su
expansión futura. Habría que ver si se requieren más institutos o menos, pero
mejor estructurados y orientados, particularmente cuando se ocupan de
investigación tecnológica y desarrollo experimental.
·
Es vital que los institutos y su fondeo se vinculen crecientemente a la
solución de problemas y demandas específicas económicas y sociales,
desatendidas y prioritarias de la población, aprovechando los recursos de la
digitalización y las revoluciones de la comunicación, la biogenética y la
inteligencia artificial.
Urge reforzar la función coordinadora y de liderazgo en política
científica del CONACYT en coordinación con universidades y fortalecer el papel
de las Secretarías de Estado, la banca de desarrollo y el sector privado en
materia de desarrollo tecnológico y la innovación.
4-Hay que colocar a las empresas en el corazón de un sistema eficaz de
innovación
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Las empresas privadas productivas y de servicios deben constituir el eje
del sistema nacional de innovación. Pocas empresas pequeñas, medianas y grandes
de capital nacional tienen unidades de I y D tecnológico; su nivel de
innovación es bajo, con excepción de algunas empresas ligadas al sector de
vehículos y autopartes, la aeroespacial, la industria electrónica,
agroalimentaria y farmacéutica o los electrodomésticos; sus vínculos con la
investigación pública y universitaria son débiles y eventuales. Deben
reforzarse por la vía del financiamiento y los estímulos fiscales y las compras
del sector público.
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Una prioridad debería ser aumentar las capacidades propias de innovación
y de de desarrollo de recursos humanos para que se involucren más en
actividades de asimilación y adaptación tecnológica y de materiales, mejora de
productos y procesos, diseño, información tecnológica y de mercados y
financiamiento.
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La formación explícita de recursos humanos calificados e investigadores
en el exterior en empresas afines, universidades e instituciones especializadas
y el diseño de programas para su retorno y eventual aprovechamiento son claves.
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Las empresas públicas existentes (PEMEX, CFE y algunas más a nivel
nacional, estatal y municipal), así como sus empresas proveedoras, deben
incorporarse también a estos procesos: Las propias Secretarías de estado,
gobiernos estatales y municipales no deben marginarse.
5- Se requiere una visión de largo plazo de un México próspero, equitativo,
incluyente y sustentable e inserto en la globalidad.
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Para hacer frente a estos problemas con éxito se requiere una visión
estratégica clara y precisa en relación a la división del trabajo entre
universidades e institutos independientes sectoriales y/o regionales de
investigación y la búsqueda de un equilibrio razonable y complementariedades
entre ambos tipos de instituciones. El papel del sector privado y de las
organizaciones empresariales debe ser estimulado.
·
Una profunda reestructuración de la gobernanza, cobertura y visión
estratégica de los institutos de investigación pública del Gobierno y de las
universidades debería convertirse en una precondición para su fondeo y su
expansión futura. Habría que ver si se requieren más institutos o menos, pero mejor
estructurados y orientados, particularmente cuando se ocupan de investigación
tecnológica y desarrollo experimental.
·
Es vital que los institutos y su fondeo se vinculen crecientemente a la
solución de problemas y demandas específicas económicas y sociales desatendidas
y prioritarias de la población, aprovechando los recursos de la digitalización
y las revoluciones de la comunicación, la biogenética y la inteligencia
artificial.
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Urge reforzar la función coordinadora y de liderazgo en política
científica del CONACYT en coordinación con universidades y fortalecer el papel
de las Secretarías de Estado, la banca de desarrollo y el sector privado en
materia de desarrollo tecnológico y la innovación.
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c) La nueva visión de fomento al desarrollo tecnológico y la innovación
debe tener una perspectiva de inclusión social. Los procesos de producción y de
generación de bienes y servicios y el desarrollo tecnológico deben tomar en
cuenta las particularidades y necesidades de género, de la infancia y adultos
mayores, de personas con capacidades distintas y de la población indígena del
país. Las nuevas soluciones y tecnologías requieren la participación activa de
la población usuaria. “Small can be beautiful” como decía el profesor
Schumacher hace 50 años, a condición de que sean soluciones eficaces y
económicas para el productor y el consumidor.
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d) La sustentabilidad ambiental debe ser un criterio básico de los
esfuerzos científicos y tecnológicos que se realicen en México y en otros
países. El desarrollo tecnológico y la generación verde de bienes y servicios;
su reciclaje y el manejo de desechos industriales y de servicios diversos es urgente
y puede ser económicamente muy rentable. La educación, la ciencia y la
tecnología para el cuidado de los bosques, mares, costas y aire son un
imperativo para la preservación de la diversidad ambiental y el combate al
cambio climático.
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e) La nueva visión exige reforzar los intercambios y la cooperación
internacional
Es verdad que en el mediano y largo plazo tenemos que reducir la
dependencia económica, científica y tecnológica del exterior y particularmente
de América del Norte para avanzar en el desarrollo de nuestra economía y
sectores exportadores en la producción agropecuaria, minería e hidrocarburos,
manufacturas y el desarrollo de servicios de alto valor agregado.
Sin embargo, si nos atenemos a las
experiencias exitosas de estados desarrolladores- los EUA de Hamilton; la
Alemania del siglo XIX, Japón de los Meijis, Alemania y más recientemente
China, Corea del Sur y Vietnam, una condición necesaria para el crecimiento y
desarrollo acelerado, y el desarrollo de la ciencia y la tecnología nacional es
la formulación de estrategias y políticas que hagan posible formar en el
exterior recursos humanos de excelencia, atraer selectivamente científicos,
ingenieros y tecnólogos extranjeros para crear masas críticas y proyectos de
avanzada; promover inversiones extranjeras directas –preferentemente
coinversiones con empresarios nacionales innovadores apoyados por el estado y
realizar una intensa labor de inteligencia y prospectiva externa que permita
emular e innovar tecnologías de avanzada y dar saltos hacia adelante.
20/08/2019